Hace como dos semanas, me mandaron a escribir sobre mis miedos en mi clase de literatura. La verdad es que me considero una mujer aventurera y firme, que le teme a muy poco. Pero después de darle muchas vueltas al asunto, caí en cuenta que no hay nada que yo le tema más que al fracaso. Le tengo terror al día en que se rompa esa burbuja en la que mis padres me han mantenido atrapada y empiece a vivir el verdadero mundo exterior.
Muchas veces me quedo dando vueltas en la cama antes de dormir, pensando en cómo va a ser mi vida en el futuro, me pregunto si cometeré el error de no escoger la carrera apropiada y en las consecuencias si esto pasa. No hay nada que le tenga más miedo que a la incertidumbre, el terror de no saber lo que te espera en el camino y que, si en algún momento cuando me caiga no tener las fuerzas para levantarme y seguir adelante. Muchos dirán que esa es la magia de la vida; levantarte y no tener idea de lo que te espera, pero para mí no hay nada que me cause más angustia y ganas de vomitar que no saber si voy a lograr ser esa persona que tanto añoro ser.
Muchas son las veces que me levanto con esas ganas de vivir sin planes y simplemente vivir con lo que me regale el destino. Llego a concluir que por más que planees lo que quieres que sea tu futuro, seguro este va tornar totalmente al revés. Otros días, mi filosofía cambia, pienso que vivir de manera tan espontanea te va a llevar a ningún lado. Uno siempre tiene que tener una idea de lo que quieres para tu futuro. Mi problema, es que no estoy segura de ese algo en que quiero basar o planear mi vida. Hay momentos en que quiero estudiar diseño gráfico en California y otros en que quiero agarrar el primer vuelo a Nueva York y perseguir una carrera como artista. La verdad es que la vida está llena de sorpresas, lo único que pido es que esas sorpresas no terminen llenas de arrepentimientos y fracasos.
Marmiel:
ResponderEliminarCarmela me atrapo tu reflexión sobre los miedos y me atrapo ya que me refleje en ellos. A mis 48 años vi que los miedos de una joven de 16 los hacia míos.
A mis 48 años me detengo y visualizo la presencia de el miedo a mi lado, me ha permitido sentirme viva y con los deseos de superarlos uno a uno.