Todo comenzó con aquel aroma a desayuno criollo que me hizo saltar de la cama y buscar de donde provenía tan fabuloso olor. La verdad, es que no hay nada mejor para empezar un día, que ese crujir de la arepa y aquel festival de sabores que nos regala un buen perico. Tras terminar este fabuloso banquete, decidí comenzar a ver una película que me venía llamando la atención desde varios días atrás, la película trataba sobre un señor que elabora un complicado plan para sacar a su adorada esposa de la cárcel, quien lamentablemente había sido sentenciada por un crimen que no cometió. Como todo buen thriller, esta película logra mantenerte los 120 min entretenido y sin pensamiento alguno de lo próximo que iba a ocurrir.
Como el resto de los días en mis vacaciones, me obsesione con el magnífico y entretenido show televisivo, Bones. La serie narra la vida de la antropóloga forense Dra. Temperance Brennan y su compañero del FBI Seely Booth. Ambos utilizan sus excelentes habilidades para lograr atrapar a los responsables de aquellos crímenes donde el cuerpo de la víctima está sumamente descompuesto para poder ser identificado. La intensa química entre los personajes principales y las tremendas actuaciones del resto del elenco logran situar a Bones en mi exclusiva lista de series favoritas.
Después de horas intensas de Bones, decidí darle a mis ojos un pequeño descanso. Fue entonces cuando caí en cuenta que el gruñir de mis tripas no era parte del sountrack de la serie, si no de la terrible hambre que tenía. Después de mucho discutir con mis hermanos, decidimos ir a comer a Sushi Market, un lugar donde se come sabroso y además puedes pasar un rato agradable. Este almuerzo familiar no fue como el resto de los almuerzos familiares, ya que mi querida hermanastra que vive en Miami compartió con nosotros. Discutimos sobre diversos temas y recordamos buenos momentos, se podría decir que disfrutamos un montón.
Luego de haber pasado un día excelente, fue que me di cuenta que era el último de las vacaciones, que el día siguiente iba a estar de vuelta en mi rutina diaria donde lamentablemente los suculentos desayunos y largas horas de televisión no iban a estar incluidas. Aunque en mis vacaciones no tuve la oportunidad de viajar fuera del país, esto no me paro ante pasar un buen rato, la verdad es que disfrute subiendo cerro, yendo al gimnasio con mi hermana, y por supuesto no podemos olvidar mis buenos momentos viendo a la Dra. Brennan y al Agente Booth resolviendo crímenes.
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